viernes, 15 de agosto de 2014

Diciembre 2009

El mayor problema de esta historia es lo lejos que está. No físicamente, ¿sabes? Sino lo lejos que le siento. Lo que duele cuando se pasa días, semanas, totalmente desaparecido. Y después vuelve con un lo siento y esas palabras que me dejan si aliento, y me deja días soñando. Para volver a irse. Una y otra vez. Y no hay forma de evitarlo. Sé que si le tuviera delante, una mirada derrumbaría sus defensas. Pero ahí entra lo lejos que está físicamente. Y es imposible. No puedo.

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