-Aléjate.
-No puedo.
-Sí que puedes.
-Vale, tienes razón. No quiero.
-Pero no puedes seguir así más tiempo. Siempre ilusionada con sus palabras, siempre con esa sonrisa que nos ilumina a todos cuando te dice que te quiere y eres lo que más le importa. Siempre jodida porque no está aquí, pero lo suficientemente feliz como para que eso no importe.
-Sigue. ¿Cuál es el pero?
-Que siempre desaparece y te deja tirada con tus ilusiones.
-Por eso no quiero alejarme. Él lo hace por los dos.
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